Valentino Rossi salió escopeteado el mismo domingo del circuito de Cheste. Ni siquiera fue a la gala de la organización donde se repartían los galardones del año a recoger su premio. El italiano, que por segundo año consecutivo se quedó sin título, está dolido. Y no tanto por su mano derecha rota sino porque ha comprobado que la Yamaha no ha conseguido mejorar en todo un año. Su obligada retirada del GP de Valencia por problemas en el motor de la M1, disparó las alarmas en la marca de los tres diapasones. Rossi estalló y exigió una moto a su altura.
"¿Tengo que ir yo a Japón para enseñarles a hacer una moto?", bramaba Valentino Rossi cuando se dio cuenta que había perdido el subcampeonato 2007, un mal menor a la no consecución, un año más, del título mundial. Pero ni siquiera pudo conseguir ese premio de consolación. Como dijo Dani Pedrosa, "el premio al mejor de los peores".
'Vale' habló claro tras el desastre: "Se trata de una situación triste porque si la Yamaha no tira bien en 2008 va a ser muy duro. Hablaré con los japoneses: yo soy Valentino Rossi y no es posible que esté obligado a correr con una moto que se rompe y va más lenta que las demás. La Honda ha mejorado y nosotros nos hemos quedado estancados".
"El subcampeonato lo han perdido ellos, no yo. Ahora, el objetivo es curarme la mano y concentrarnos para los tests de Jerez, donde probaré por primera vez los neumáticos Bridgestone", concluyó.
Davide Brivio, el director deportivo de Yamaha, ha asegurado que el reto más urgente de Yamaha es mantener a Rossi en sus filas. El de Tavullia cumple contrato con la marca de Iwata el año que viene.
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