martes, 25 de septiembre de 2007

Casey y Adriana, el poder de un anillo


Después de catorce caídas la temporada pasada, Casey Stoner se ha convertido este año en Campeón del Mundo sin sumar un cero. Su matrimonio le ha servido para serenarse y no cometer tantos errores.

casos se habrán dado en la historia del deporte, en general, y del motociclismo, en particular, en el que a un futuro campeón del mundo le haya sentado tan bien el matrimonio, tanto como para transformarle en el nuevo rey de MotoGP cuando el año pasado había sido el bayeta de la categoría con catorce caídas. Es el caso de Casey Stoner, que al casarse el pasado invierno a los 21 años con la joven Adriana, al poco de cumplir ella los 18, se transformó definitivamente en el piloto sereno que esta temporada no ha cometido ni un solo error. Ella es su principal soporte, la primera persona a la que se abrazó al bajarse de la Ducati ya como campeón, la que le besa y la que le entrega la alianza de matrimonio que se pone en su mano izquierda cuando se quita los guantes.

"Mi esposa ha estado aquí toda la temporada, detrás de mí en cada carrera, apoyándome. Eso ha hecho que este año haya sido todo mucho más fácil", dijo el nuevo campeón consciente del poder que ese anillo le ha otorgado. En 2006, cuando ella no pudo estar a su lado en todas las carreras dado que su religión le impedía vivir con él al no haberse casado, la echaba de menos y se sentía muy solo en los circuitos. Sus padres tampoco estaban con él, pero porque él no quería para no discutir más y para seguir queriéndoles desde la distancia. Su padre es su representante y le ha presionado mucho a lo largo de su carrera, pero también de él y de su madre se acordó en la victoria: "No me canso de decir que mis padres se han sacrificado tanto para hacer que yo estuviese aquí que tengo que darles siempre las gracias por eso".

Emigrantes.

No le falta razón. Este chaval nacido en Southport el 16 de octubre de 1985 es hijo de un fontanero llamado Colin y un ama de casa de nombre Bronwyn, que abandonaron su Australia natal para que su niño hiciera carrera en Europa. Lo hicieron emocionados al ver cómo desde crío ganaba la mayoría de las carreras de dirt-track en las que participaba, tantas que una vez en un fin de semana se llevó 31 de las 35 en las que corrió. Que el niño tenía madera era evidente y por eso sus padres vendieron su casa y todas sus posesiones para dar el salto a Inglaterra. Mientras vivían en una caravana, empezó a participar en el 2000 en el campeonato británico, donde el primero que se fijó en él fue un alemán, Mario Rubato, propietario de un equipo en el que militaban Tokudome y Manako. Él fue quien dijo a Alberto Puig que le captara.

Talento. El español lo hizo y le dio la oportunidad en 2001 de participar en el CEV de 125 y en el británico de la misma categoría, siendo subcampeón en ambos, además de participar por vez primera en el Mundial como invitado en el GP de Inglaterra. Allí mismo, con 15 años, dejó el sello con un segundo puesto en los entrenamientos oficiales del sábado pasados por agua.

Al año siguiente, en 2002, Puig no tenía donde colocarle y le ofreció a Lucio Cecchinello hacerse cargo de él. El italiano lo hizo y se convirtió en su padre deportivo, financiándole su carrera, ya fuera en su equipo o liberándole para que lo hiciera en otros.

Tras pasar de 125cc a 250cc, llegó a MotoGP el año pasado, en el LCR Honda, con el que consiguió una pole y un podio, suficiente para que Ducati se fijara en Casey como sustituto de Sete Gibernau. Su temporada ha sido perfecta, con ocho victorias. Revelador es que su peor resultado en carrera fue el sexto de Motegi, con lo que no ha acumulado ni un cero.

Stoner se convierte, tras Gardner y Doohan, en el tercer australiano campeón de la clase reina a los que distingue como sus héroes junto a Schwantz, Rainey, Rossi, Agostini, Sheene y Roberts. Así lo aseguraba una de las leyendas de la camiseta conmemorativa de su título. A uno de ellos, a Rossi, le ha batido en la pista. Otro, Doohan, vio desde la barrera cómo lo conseguía. "Hablé con Mick el día antes de la carrera y sabía que iba a estar en la pista apoyándome", confesó después Casey. Es verdad, pero el influjo del anillo de Adriana hizo más...

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