lunes, 17 de septiembre de 2007

La Policía fiscal entra por la noche en casa de Rossi


Como si fuera el ultimátum de Bourne. Mientras Stoner puede ser campeón del mundo en Portugal y Rossi lucha para impedírselo, la Agencia Tributaría italiana ordenó hace dos días la entrada secreta de la policía, con nocturnidad y sin alevosía, en una finca que Valentino posee en la campiña de la Tavullia.
Es una casa remozada que el piloto adquirió a nombre de una sociedad inmobiliaria. Los «carabinieri» penetraron en la villa con el fin de demostrar que esa es la verdadera residencia del heptacampeón del mundo y no su apartamento de Londres. Un hecho que confirmaría la obligación de pagar al fisco italiano los 60 millones de impuestos que «Jason» Valentino «Bourne» no habría declarado al estado desde el año 2000. Una cantidad que, con la multa de siete años de morosidad, se convertiría en 112 millones. Es la cifra que la Hacienda de su país esgrime como amenaza al piloto y como advertencia nacional para otros famosos que han puesto sus barbas a remojar al ver las de Rossi cortar.
Los funcionarios de Pésaro encontraron en la finca coches de lujo, una parrilla de motos, especialmente de Yamaha, y otros importantes objetos de valor. Todo un museo del motor en los garajes de la casa.
«No es el sitio correcto para hablar de este asunto, aquí prefiero hablar de las carreras», manifestaba Valentino en Estoril al cuestionarle por la situación de su escándalo fiscal. Para colmo, si pone un circo le crecen los enanos, porque su último anuncio publicitario televisivo de Fastweb, en el que explota su ironía, también ha provocado diversas críticas de sus compatriotas, pues su situación fiscal no admite sarcasmos.
Acuerdo por 30 millones
La sangre, no obstante, no llegará al río. Su abogado, el famoso especialista Víctor Uckmar, conocido por otros importantes casos políticos y futbolísticos (con la federación) a escala nacional, afirma que «Rossi es inocente porque ha pagado de forma apropiada según la actividad que realiza». Y el piloto se encuentra más tranquilo que cuando comenzó el escándalo, hace un mes. La razón es que desde Italia llegan filtraciones jurídicas que dejan entrever un acuerdo con el fisco. Valentino recibió un mes de plazo, que se ha cumplido ahora, para pagar esos impuestos, y se barrunta que el ídolo mundial abonaría su deuda neta con Hacienda, sin recargos, que ascendería a 30 millones de euros, el cincuenta por ciento de los 60 millones no declarados. Sería un acuerdo similar al que el malogrado Luciano Pavarotti, otra enseña nacional, llegó hace unos años, en un caso idéntico al del deportista.
No está cansado de las motos
La dictadura de Stoner y esta crisis fiscal han alimentado los mentideros relativos al rendimiento deportivo de «Vale», a su pérdida de ambición, a su presunto hastío del motociclismo. No se engañen.Sigue siendo el rey, aunque le hayan destronado. El doctor de las dos ruedas ha expuesto que piensa continuar en el motociclismo «dos o tres años más» y compite con la clase suprema de siempre. Como dice Crivillé, sus únicos problemas son que la Yamaha se rompió en Rimini y que los neumáticos Michelín no han alcanzado el nivel de los Bridgestone.
En los primeros entrenamientos de Estoril dio otra lección magistral. Con una máquina mejorada técnicamente y con nuevas gomas, el ídolo de este circo rodó a un magnífico nivel y solamente se vio superado por Stoner y por Tamada.

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